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domingo, 20 de diciembre de 2015

MATAR Y GUARDAR LA ROPA - CARLOS SALEM

Un poeta entre sicarios

Matar y guardar la ropa          Cuando un poeta se viste con el disfraz de maldito, o de golfo, termina por notársele, y eso es más o menos lo que le ocurre a Carlos Salem, novelista transgresor que lleva en su interior al más delicado de los poetas. Sólo así pueden explicarse pasajes de esta novela, cuando el eficaz y despiadado Número Tres, en su otra vida el anodino Juanito Pérez, acepta un “pedido” de la Empresa para quitar en medio a alguien y se encuentra con la sorpresa de que su mejor amigo y su ex mujer andan enredados en el asunto.

          Padre pusilánime por un lado, asesino a sueldo por otro, el protagonista de la novela tiene que lidiar con los fantasmas del pasado, el amigo y la ex ya citados, su mentor, el Viejo Número Tres, a quien él mismo jubiló por la vía rápida, un par de hijos que corren hacia la adolescencia, y una Empresa de la que nunca se sabe todo, como debe ser, pero de la que hace algún tiempo que él ha empezado a desconfiar. Y todo ello, en un camping nudista, con todo el humor posible al imaginar en qué recóndito lugar puede un sicario albergar alguna de sus armas si quiere seguir realizando su trabajo como Dios manda.

Pasada la sorpresa inicial, Juan tendrá que convivir con la sospecha haberse convertido él mismo en un “pedido” de la Empresa, y sus ojos entonces han de abrirse hasta la exageración, porque por mucho lirismo que le regale la turbadora Yolanda, que además le resucita placeres algo aletargados, la sombra de la muerte no deja de ser alargada. En ese ambiente de habitación cerrada, a Juan sólo le queda la presencia del viejo Andrés Camilleri, retirado para escribir sus novelas de misterio, todo lo demás lo tendrá que ir averiguando el lector, porque Carlos Salem nos deja en cueros frente a un final mucho más que sorprendente.

Matar y guardar la ropa. Carlos Salem
Navona Negra. Barcelona 2015. 278 págs. 15’50 euros.

(LA VERDAD, "ABABOL", 19/12/2015)

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