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domingo, 31 de mayo de 2015

INVASIÓN - DAVID MONTEAGUDO

Hay alguien ahí


          Joseph K. era un hombre normal, un trabajador casi del montón que lidiaba con los laberintos sociales y burocráticos en la novela de Kafka. García es también un hombre normal, tan normal que no tiene ni nombre de pila, un trabajador del montón, que vive entre pólizas de seguros hasta que un día comienza a percibir una visión un tanto distorsionada de la realidad: empieza a ver gigantes, seres descomunales a los que parece que ninguna otra persona ve. He ahí el punto de partida que utiliza David Monteagudo para llamar la atención del lector, para que éste arranque a leer una novela que fluye con una naturalidad tremenda, y cuyas páginas no podrá dejar de pasar hasta su final.

Sus lectores reconocerán el paño: situación extraordinaria, casi distópica, que es narrada con la tranquilidad de lo ordinario, pero que esconde un mundo diferente, o bien unos cambios demoledores para la realidad a la que están acostumbrados tanto los personajes como los propios lectores. Dicho de otra manera, las novelas de David Monteagudo esconden siempre varias lecturas, en el primer plano encontraremos las dificultades por las que atraviesa García, cuyo equilibrio emocional se ve sacudido por estas visiones, y que acepta con cierta docilidad ponerse en manos de un especialista, tal y como le recomienda su mejor amigo. Luego llegará el resto de la derrota, el abandono de su pareja, su sensación de apestado y algunas pruebas más que le reserva un autor que parece más que nunca un demiurgo con muy mala leche.

Pero ése era sólo el primer plano, porque detrás hay más, mucho más, alegatos acerca de la soledad del ser humano, sobre todo cuando se resiste a seguir los dictados de la masa, la anulación que los sistemas del pensamiento tiránico y totalitario pretenden llevar a cabo con quienes tengan ideas diferentes, la amenaza que conllevan el adocenamiento, el conformismo y la ceguera. Esos tubos amarillos de desescombro que pueblan las fachadas de esta pequeña ciudad no son sólo un instrumento práctico, sino un símbolo de todo aquello en lo que nos estamos convirtiendo: almacenes de residuos de conciencia, vertederos que ignoramos a no ser que desagüen sus miserias a las puertas de nuestro hogar.

Por todo ello, las novelas de David Monteagudo son tan adictivas, por esa combinación de planos argumentales, los literales y los simbólicos, y porque de la mano de una trama que no se puede abandonar, nuestras mentes se mantienen más activas que nunca. Reflexionar gracias a la buena literatura, poco más se puede pedir.

Invasión. David Monteagudo.
Candaya. Barcelona 2015.
142 págs. 16 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 30/5/2015)

MI FUNERAL - EDUARDO BOIX


          Con la siempre compleja segunda persona narrativa, Eduardo Boix presenta una novela en la que se adentra en los entresijos de la muerte, tanto los puramente fisiológicos como los sociales, sentimentales e incluso profesionales. Una reflexión que le sirve al autor para bordar un diálogo metaficcional con su personaje, que al mismo tiempo es también narrador, mientras pasa revista a lo que ha sido su vida recién finiquitada, y a la huella que su conducta en ella dejó en aquellos que alguna vez compartieron con él algún tramo del camino.

Mi funeral. Eduardo Boix.
La Fea Burguesía. Murcia 2015.
128 págs. 10 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 30/5/2015)



PENSIÓN COMPLETA - PACO RABADÁN

El mundo de Padilla


          Si Darwin levantara la cabeza y se topara con esta novela, se echaría a reír al comprobar cómo Germán Chacón, transformado en el Padilla carente de antropónimo, es capaz de sobrevivir sin pudor adaptándose al medio con la facilidad de la criatura más camaleónica. Abandonado por su novia, harta de tener junto a sí a un parásito viviendo del cuento, Chacón recala en los servicios de Urgencias de un hospital y se deja llevar cuando le confunden con otro paciente. Acaba de nacer Padilla, un mito de la supervivencia.

El comienzo de Paco Rabadán ya es potente de por sí, y muy salpicado de un ácido humor que no abandonará ya en toda la novela, pero Padilla aún puede superarse, y lo hará con cada capítulo, con cada compañero que pase por la vecindad de su cama: un travesti, un trabajador autónomo, un constructor invisible, un cura glotón, un pastillero de polígono industrial, un acomodador, un británico gorrón de nuestro sistema sanitario y hasta un consumado butronero. Una fauna social utilizada de forma magistral para ir enumerando vicios, porque el autor no da puntada sin hilo.

Si Padilla fuera sólo un narrador testigo, la novela sería meritoria, pero como además tiene una conducta dudosa y un ojo crítico afilado en exceso, el resultado es una sátira de lo más divertida que le ofrece al lector la ocasión perfecta para desahogar todas las inquinas que nos inocula, día tras día, el gotero de los noticiarios. Muchos sectores profesionales están presentes en la novela, incluyendo el sanitario, cuyos miembros rezarán para que el autor enferme en algún momento y así ellos puedan vengarse; y todas las capas sociales que aparecen convierten la obra en un soplo de aire fresco con el que Paco Rabadán demuestra una vez más lo necesitada que está la literatura española del humor, y lo bien que le viene a la crítica social empuñarlo para conseguir sus propósitos.

Pensión completa. Paco Rabadán Aroca.
Círculo Rojo. Pamplona 2015.
265 págs. 15 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 23/5/2015)

UN FILO DE LUZ - ANDREA CAMILLERI


El tiempo pasa para todos, incluido el inefable comisario Montalbano, y aunque la soledad le acecha, él se las ingeniará para embarcarse en un conflicto sentimental en el que su Livia corre el riesgo de salir malparada ante la firmeza de una rival más joven. No obstante, la esencia sigue ahí, dos casos entrelazados, un olfato más que certero, y una personalidad policial que hace unas cuantas entregas que se convirtió en todo un clásico. Camilleri nunca decepciona, le aguarden al otro lado apasionados del género o meros lectores debutantes.

Un filo de luz. Andrea Camilleri.
Salamandra. Barcelona 2014.
224 págs. 16 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 16/5/2015)

MAL - JOSÉ DANIEL ESPEJO

Pretende cruzar José Daniel Espejo el desierto en el que a veces se convierte la vida, y lo hace con el calzado de los versos, pero también con el equipaje de la mirada, de los ojos atentos a todo cuanto nos rodea, llámese alegría, lectura o quimioterapia. Se puede desnudar el corazón, se puede desnudar el alma, y hacerlo con una poesía contundente, firme incluso en el dolor, en esos momentos en los que hasta parecería un sacrilegio refugiarse en un verso, pero en los que no queda más remedio que apelar a su recuerdo.

Mal. José Daniel Espejo.
Balduque. Cartagena 2014.
56 págs. 10 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 2/5/2015)

EL ORO DE LOS TIGRES - JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

Primera antología poética de José Mª Álvarez que se publica en España, gracias al cuidado tanto de Noelia Illán como de la editorial Balduque, que nos ofrecen unos versos en los que nos vamos a encontrar al Álvarez más viajero, el que rinde homenaje a las ciudades que amó y que le amaron, el poeta pero también el hombre que se entregó, durante toda su vida, a disfrutar de esos magníficos lugares cuyo recuerdo, cuya imagen hecha verso nos regala ahora de la mano de Noelia. No despreciemos el gesto.

El oro de los tigres. José Mª Álvarez.
Balduque. Cartagena 2015.
122 págs. 12 euros.
(LA VERDAD, "ABABOL", 2/5/2015)

miércoles, 20 de mayo de 2015

MIDAS EN EL COLOQUIO DE LOS PERROS

Un auténtico placer leer estas palabras que le ha dedicado a La mano de Midas Susana Montoya, escribiendo para El coloquio de los perros, una revista a la que tengo un grandísimo cariño, no sólo por el magnífico trabajo que hace, sino también por quienes lo hacen.



Aquí podéis leer la reseña completa:
http://elcoloquiodelosperros.weebly.com/la-biblioteca-de-alonso-quijano/la-mano-de-midas

lunes, 4 de mayo de 2015

III ELACT - 25 DE ABRIL (CLAUSURA Y ENTREGA DE PREMIOS)

UN CIERRE CON SORPRESA


          Con esto, poco a poco, fuimos arribando a puerto, y el III ELACT se clausuró. Como mandan nuestras tradiciones, que aunque recientes van tomando ya solera, la primera de las ceremonias de la clausura fue la de la elección del patrón de la presente edición, que recayó en manos de Salvador Martínez Pérez, autor del cartel e impulsor de este encuentro desde sus inicios. Hubiéramos deseado que el cargo se lo trasladara el patrón anterior, Francisco Gijón, pero cambió de aires, así que la responsabilidad recayó una vez más en el primer patrón, Manuel Acosta, que volvió a traspasar su legado con gran elegancia.


Un buen prólogo para lo que vendría a continuación, la entrega del III Premio de Microrrelatos ELACT “Lola Fernández Moreno”. Para ello contamos con la presencia de los responsables de la Academia Judit, José Luis Martínez, en representación de MTorres, empresa patrocinadora del concurso, y de Amalia Fernández, una de las hermanas de Lola, que acudió a hacer entrega del galardón. También nos acompañó la escritora Julia R. Robles, amiga de nuestro encuentro y miembro del jurado, junto a Antonio Parra y Ana Ballabriga, que por obligaciones familiares no pudo estar presente.


Desvelado el misterio, se entregó el III Premio al bilbaíno Andoni Atienza, por su relato Desafiar al hombre del sillón T, un texto en el que, entremezclando terror con humor negro, el autor desafió nada menos que a Arturo Pérez-Reverte, al tiempo que se daba un paseo por alguno de los rincones más conocidos de nuestra ciudad. El joven autor recibió su trofeo y los 400 euros del premio de manos de José Luis Martínez y Amalia Fernández, y se llevó también la sorpresa de la tarde, la noticia, desvelada por un emocionado Francisco Marín, de la inminente celebración, en el mes de Septiembre, de la primera edición de Cartagena Negra, iniciativa que fue recibida por el público con bastante satisfacción, lo que sin duda animará a sus creadores durante el camino que acaban de iniciar.

III ELACT - 25 DE ABRIL (LITERATURA DE TERROR Y GÉNEROS HERMANOS)

ASUSTA, QUE ALGO QUEDA


          Carlos J. Lluch fue el encargado de lidiar con una docena de autores en una sesión vespertina que fue como las de los cines de antes, doble y continua. En primer lugar se abordó el tema de la literatura de terror, nada menos que con nombres de la talla de Marta Junquera, Alberto M. Caliani, Javier Trescuadras, Joe Álamo y Sergio Pérez-Corvo. Una mesa que asustaba sobre todo por la personalidad y la calidad de quienes a ella se sentaron.

No rehuyeron ninguna de las preguntas, ninguno de los temas que Carlos Lluch les fue proponiendo, y se lanzaron a definir qué es eso del terror en la literatura, y cuántas especialidades puede tener el género, hablaron de sus motivaciones a la hora de escribir, e incluso de los orígenes de sus propios miedos, algunos de ellos provenientes de la infancia, como nos puede ocurrir a cualquiera de nosotros. La mayoría coincidía en señalar que tratan de conseguir que el lector sienta ese miedo que ellos antes han experimentado como escritores. De igual modo, resaltaron la importancia de los preliminares y la ambientación en el terror, porque debilita psicológicamente al lector y es entonces cuando ellos pueden asestarle el correspondiente golpe narrativo.
 
Señalaron que es tan difícil asustar a un lector como hacerle reír, pero no tuvieron reparo alguno en hablar de esos ambientes oscuros con gran ironía y sentido del humor, mostrando unas personalidades muy alejadas de la imagen tópica que antes podía tenerse de los autores de este tipo de literatura. Eso sí, no se despidieron sin rendir homenaje a sus fuentes: King, Lovecraft, Poe, el cine, Carver, Bukowsky, etc., y tampoco pasaron por alto el fenómeno zombi, cifrando el auge de los muertos vivientes en razones sociológicas y en el intento de homogeneización de una sociedad que anda bastante perdida debido a la crisis.

El segundo turno correspondió a otros géneros, “géneros hermanos” tal y como los bautizara en su momento Carlos Lluch, y para ello subieron a la mesa Irene Comendador, José Antonio Campos, David J. Skinner y Juan Antonio Román, para hablar nada menos que de fantasía, ciencia ficción, novela negra, novela erótica, dando cabida a la gran amplitud de géneros que podemos encontrar en la novelística actual española.


Todos ellos hablaron de sus géneros preferidos, tanto leyendo como escribiendo, y de los que más podían gustar entre el público. Alabaron la fusión, al mismo tiempo que resaltaron lo difícil que puede ser llegar a clasificar una novela, precisamente porque las fronteras entre géneros no están claras, y porque las obras pueden participar de los rasgos de varios de ellos. Siempre se ha dado, y siempre se dará en literatura la “hibridación de géneros”, aunque uno de los temas de la obra predomine por encima de los demás; el resto de la clasificación, para muchos de ellos, radica en técnicas de venta, cuestiones de mercado e incluso disposición en las estanterías de las librerías.



III ELACT - 25 DE ABRIL (LITERATURA Y GASTRONOMÍA)

ENTRE LIBROS Y FOGONES


          Tenía que ser por la mañana, casi a la hora del aperitivo, cuando se celebrara una mesa en la que se analizó la presencia continuada de la cocina en la literatura desde los tiempos más remotos, es decir, desde los mismísimos dioses griegos y los clásicos literarios. Coordinada por Eugenia Pérez Zarauz, completaban el grupo José Francisco Martínez, Leticia Jiménez y Obdulio López (Maese Obdulio para quienes saben de las habituales tertulias del ELACT). Y además contamos con una visita muy especial, la de Mª Dolores García Ayala, una cocinera ciega y apasionada lectora que imparte talleres de cocina para invidentes, y cuya presencia debemos a la colaboración de la ONCE, en una buena muestra de cómo nuestro encuentro va abriéndose a todos los sectores sociales.

          Poco a poco fueron degustando el menú literario que habían preparado, José Francisco Martínez empezó por la Prehistoria y la forma en que nuestros primeros antepasados percibían las sensaciones gustativas y sensoriales, para hacer después la pertinente parada en Roma y continuar con la evolución puramente gastronómica en la Historia y en Cartagena, sobre cuyas riquezas alimenticias, antiguas y actuales, se explayó Obdulio López. De la literatura clásica española se fueron encargando Eugenia Pérez y Leticia Jiménez, al tiempo que mostraban ejemplos actuales de obras que tienen en sus páginas una buena propuesta culinaria, hasta el punto de que hay algunas en las que la cocina y sus profesionales se han convertido en los verdaderos protagonistas.

          Mª Dolores García nos habló de su paso por el concurso Master Chef, satisfizo unas cuantas curiosidades entre el público y compartió con todos su pasión por la novela Como agua para chocolate, que se extendió luego a otra novela, Afrodita, textos ambos que estimularon tanto sus ganas de disfrutar de la literatura (a través del Braille y de audiolibros) como su afición por los fogones, de los que nos transmitió otras muchas virtudes que a nosotros se nos escapan, tales como los sonidos, fundamentales para ella a la hora de manejar los “tempos” culinarios.
 
           Por supuesto, no faltaron las muestras de la cocina en la novela negra, un auténtico aluvión que se repartieron José Francisco y Leticia, dando buena cuenta del auge de platos y elaboraciones, que incluso han generado la publicación de recetarios recogiendo las excelencias aparecidas en diversas series, como las de los comisarios Brunetti o Montalbano, o el inspector Maigret, sin olvidar a nuestro Pepe Carvalho, posiblemente el mayor gourmet negro que haya tenido la literatura.

          Y ya cuando el hambre apretaba de verdad, Mª Dolores puso el colofón leyendo en Braille un par de fragmentos de la novela de Laura Esquivel, demostrando que le pone a la lectura tanta delicadeza como posiblemente le ponga a su cocina. Después le toco a Maese Obdulio hacer frente a las exigencias de unos comensales que disfrutaron con sumo placer de media docena de sus típicos platos.



III ELACT - 24 DE ABRIL (DISEÑO DE PORTADAS)

EL ROSTRO DE LOS LIBROS

           Salvador Martínez coordinó la mesa redonda de dedicada al diseño de portadas, y contó en ella con la colaboración de Fernando Fernández, responsable de las editoriales Alfaqueque y La Fea Burguesía, y con el diseñador cartagenero Pablo Manuel Moral. El propio Salvador fue quien rompió el hielo ofreciendo a los asistentes una somera panorámica de cómo han ido evolucionando las técnicas y tipologías de las ilustraciones y las portadas de los libros, especialmente desde el siglo XIX en adelante. De igual modo resaltó la manera en la que tanto la pintura como los grabados se han puesto al servicio de la literatura.


          Por su parte, Fernando Fernández se declaró portadista casi por accidente, puesto que al dirigir editoriales pequeñas se ve obligado a realizar los trabajos más variopintos, aunque obviamente no habría podido lanzarse al ruedo de la ilustración o el diseño de no haber tenido sus rudimentos. En cambio, Pablo Manuel Moral, que sí es un diseñador al uso, habló sobre la mecánica de trabajo que debe desarrollar para crear una portada, los factores que se deben tener en cuenta, la imagen, el público al que el libro va dirigido, la idiosincrasia de lugar de publicación y otras cuestiones de mercado que siempre deben ser consideradas.

          Todos coincidieron en señalar las dificultades que salpican al diseño, sobre todo cuando hay que llevarlo a cabo, debido a que es entonces cuando entran en juego terceras personas que son las que tienen que convertir en realidad lo que ellos han creado sobre el papel, y suele ser ahí donde surgen los problemas. De igual modo, analizaron la conveniencia de que las editoriales logren difundir su marca, gracias al tipo de portada que utilicen, manteniendo así una imagen que el lector pueda reconocer de un primer vistazo.
 
          Pablo destacó también la relación que suele mantener con los escritores, otro punto bastante delicado, puesto que esa relación no es nada fácil, ya que a veces el diseñador tiene que ejercer casi como psicólogo del autor, hasta lograr comprender lo que él desea realmente como portada o imagen de su obra. Finalizaron hablando del mercado de las imágenes para los libros, o las misceláneas, bancos visuales para diseñadores, depósitos de imágenes que se pueden adquirir y que a veces facilitan su trabajo, aunque con el riesgo siempre de caer en la repetición, como ya le ha ocurrido a alguna que otra editorial de relumbrón, y es que, como bien señalaron, se cometen mil tropelías en la red a la hora de capturar imágenes para convertirlas en portadas de los libros.


III ELACT - 23 DE ABRIL (INAUGURACIÓN)

LOS HOMBRES-LIBRO


          Con una alegoría referida a Farenheit 451, la novela de Ray Bradbury, dio comienzo el III ELACT nada menos que el Día del Libro, una oportunidad extraordinaria para hablar de literatura, que a fin de cuentas es lo que da sentido a este encuentro. Francisco Marín se felicitó una vez más por el hecho de que este milagro fuera posible y, tras agradecer la participación a aquellas entidades que siguen apoyando esta iniciativa, dio paso a la primera de las mesas redondas.

Coordinada por Rubén Castillo, la primera jornada estuvo dedicada a la literatura regional y a su proyección en el resto del país, y para ello contamos con unos ponentes de lujo: Manuel Moyano y Miguel Ángel Hernández Navarro, recientes finalistas del Premio Herralde de Novela, Patrick Ericson, un hombre que ha conquistado ya unas cuantas editoriales españolas, y Miguel Sánchez Robles, uno de los autores más premiados de todo el país, y cuya literatura es tenida por sus lectores como una auténtica joya.

          Poco a poco fue fluyendo el debate, y mientras algunos de ellos, tales como Manuel Moyano y Patrick Ericson, se mostraban orgullosos por el trabajo de los autores murcianos, que ya por fin han salido del salón de la mesa camilla, Sánchez Robles se lamentaba por el hecho de que cada vez se lea menos literatura y más otras cosas, como noticias, muros sociales o webs que, si bien son lectura, no aportan lectores verdaderamente comprometidos.

          Por su parte, Miguel Ángel Hernández Navarro se mostró partidario de la osadía y el atrevimiento en los autores regionales, recordó que el camino al exterior lo abrió Luis Leante, cuando ganó el Premio Alfaguara, y que aquel hecho modificó mucho el comportamiento de los autores locales con respecto al mundo editorial. Algo que suscribía Patrick Ericson, que mantiene su optimismo reconociendo la labor que han hecho los autores más conocidos, abriendo ese camino, y por tanto facilitando los pasos de los nuevos autores que después han ido apareciendo.

El coloquio posterior acogió varias posturas encontradas, desde el lamento de Sánchez Robles, demandando más calidad a la literatura actual, hasta la valentía para llamar a la puerta de las grandes editoriales, o cómo “bailar” con la editorial más guapa, algo que todos los autores de la región han intentado en algún momento, con suerte dispar, tal y como recordó Hernández Navarro. Así afloraron las peculiaridades de cada autor a la hora de escribir, o sus intenciones de publicar, dando lugar a posturas heterogéneas, lo que engrandece aún más la dimensión que está tomando la literatura regional. Por supuesto, tampoco dejaron sin analizar la actualidad editorial, los bombazos, los best-seller, las imitaciones, modas y corrientes…



Pero la jornada no terminaría ahí, mucho menos tratándose de un día tan especial. La tarde estuvo repleta de actividades, entre las que destacaron los encuentros simultáneos con escritores que se realizaron en diversos locales de la ciudad, y en los que los lectores disfrutaron de la presencia de Miguel S. Juaneda, Marisa Grey o Carlos J. Lluch. Además, pudieron asistir también a la presentación de Sombras de la Plaza Mayor, la última novela de Rosa Huertas, o al duelo detectivesco que mantuvieron Jerónimo Tristante y Antonio Parra Sanz, los creadores de Víctor Ros y Sergio Gomes, dos investigadores separados por siglo y medio, pero cuyas concepciones literarias están más cercanas de lo que pudiera pensarse.




sábado, 2 de mayo de 2015

DOCE LUNAS - PACO RABADÁN

DOCE LUNAS

PACO RABADÁN AROCA
PENSIÓN COMPLETA

Charlamos con Paco Rabadán Aroca, poquitos días después de que haya presentado su nueva novela, Pensión completa, una sátira sobre la sociedad actual que combina el humor con la crítica social más afilada.

1)    En Pensión completa ha pasado usted de hablar de frailes a diseccionar la sociedad de la mano de Padilla con una novela muy cáustica, ¿siempre ha sido un narrador tan versátil?

Sé que es un cambio de registro muy grande, pero no quiero ser previsible. No me gustaría que mis lectores esperaran lo mismo de mis obras año tras año. La novela que publiqué en 2014, Los caprichos de Dios, hablaba de cinco hombres que dedicaron su vida a ayudar a los demás, en pleno Siglo de Oro murciano. Es una obra basada en hechos reales y que ha tenido un gran éxito, precisamente porque sus protagonistas consiguieron aquello que se proponían. En Pensión completa, sin embargo, las intenciones del protagonista son totalmente opuestas. Es un egoísta, un pícaro capaz de engañar a cualquiera sin ningún remordimiento.  

2)    ¿Puede explicar quién es Padilla y por qué no tiene nombre?

Padilla es un joven de treinta años que nunca ha desarrollado ningún trabajo ni le ha preocupado tenerlo. Estudiar tampoco le atrajo. Es una persona que se mantiene con un mínimo de dignidad gracias a la generosidad de su novia. Hablamos de un Ni-Ni en toda regla.
El nombre del protagonista es Germán Chacón. Padilla es el apellido de alguien con quien es confundido en la sala de espera del hospital, y por el que es tratado durante su estancia en el mismo. Al ser algo accidental, Germán jamás llega a saber el nombre de pila del tal Padilla, provocando situaciones muy comprometidas para el personaje. Una de las claves del humor se basa en los malentendidos y situaciones enredadas, y me apeteció que el personaje se viera envuelto en alguna de ellas gracias a algo tan básico como el nombre de pila.

3)    Su personaje cifra la supervivencia en tres necesidades básicas: comida, techo y sexo, ¿cómo cree que reaccionaría Darwin si leyera su novela?

Yo creo que estaría de acuerdo. Todo lo que hace cualquier especie, desde una perspectiva básica, está encaminado a cubrir esas tres necesidades. El ser humano no es distinto. La sociedad de consumo nos empuja a poseer muchas cosas, y eso hace que perdamos el enfoque sobre lo único que realmente necesitamos. Aparte de esos tres principios, todo lo demás es prescindible, superfluo.

4)    ¿Hasta qué punto es importante el humor para Paco Rabadán?

El humor para mí (y creo que para todo el mundo) es un método infalible para afrontar el día a día sin caer en la desesperación. Llevo tiempo estudiándolo porque me interesa mucho. En Pensión completa, por ejemplo, el lector encontrará distintos sustratos humorísticos. Harán gracia o no dependiendo del pasaje y el público concreto, pero he intentado arrancar una sonrisa en un determinado momento a todos los lectores. Es una tarea difícil y ambiciosa, puesto que todos tenemos nuestro propio sentido del humor, de ahí abrir el abanico hasta donde he sabido.

5)    En sus páginas aparece una amplia galería de tipologías sociales, para ser denostadas, ¿se ha quedado con ganas de castigar a algún grupo social más?

Sí. Tuve que eliminar a algún colectivo social por el tamaño de la obra. Hubo un momento en el que creí que ya estaba suficientemente claro el mensaje. Los grupos sociales, aunque parezca una redundancia, están formados por personas, no son entes abstractos nacidos por sí solos, así que es lógico pensar que dentro de ellos hay gente buena y gente mala. Jamás podremos afirmar que un colectivo es perfecto ni tampoco que sea absolutamente nefasto. En Pensión completa no me meto con los colectivos implicados, mi intención se centra sólo en las personas buenas y malas.

6)    Por otro lado, Padilla refleja un sinnúmero de vicios y defectos humanos, ¿es que Paco Rabadán tiene una visión pesimista de la vida?

En absoluto. Me considero una persona optimista, me despierto cada día pensando en que el mundo será un poco mejor. No obstante, creo que los defectos de Padilla los tenemos todos, lo que ocurre es que, al tratarse de un personaje literario, he elevado al máximo exponente ese sesgo. Avaricia, egoísmo, envidia…, son comunes en todos nosotros, sólo que los vemos más fácilmente en otras personas.

7)    El lector asiste a los hechos a través de los ojos de su personaje, ¿en algún momento se planteó escribir esta novela en tercera persona?
 
Claro. Creo que es la primera pregunta que nos hacemos los escritores antes de iniciar el proceso de redacción. Me decidí por la primera persona porque me pareció más divertido, le añadía cierto toque de cinismo que fuese el mismo Padilla el que contara sus “hazañas”. La elección, como es lógico, también tiene sus limitaciones: todo hay que verlo a través de sus ojos.

8)    ¿Cree que hay muchos Padillas en la sociedad española actual?

No creo que haya muchos, pero sí que existen. Han crecido viendo un espejismo creado por el Estado del Bienestar, donde los privilegios inherentes se les mostraban como un elemento que nacía de forma natural, sin ningún coste, y sobre el que tenían pleno derecho aunque nunca hayan colaborado en su sostenimiento. La sobreprotección de los padres también condiciona su manera de ser y su falta de ambiciones. Si la sociedad, en un momento determinado, no les da lo que desean, sus padres o familiares lo hacen. Yo vengo de una generación donde se nos educó bajo el principio de que las cosas sólo se consiguen con esfuerzo. Las personas que conozco, y en los que está basado el personaje de Padilla, culpan a todo y a todos cuando carecen de algo que desean, pero no hacen nada para conseguirlo. Se quejan, esgrimen sus derechos (que por otra parte no hacen nada para protegerlos) esperando salirse con la suya. El esfuerzo, por antigua que pueda parecer esta frase, es necesario para valorar las cosas que se consiguen con él.

9)    ¿Es consciente de que, por el tono y la estructura de la novela, puede que comparen a Padilla con otros personajes de la tradición picaresca española?

Es que, básicamente, Padilla es un pícaro en toda regla. No me molesta en absoluto; me alegra pensar que se le pueda enmarcar dentro de ese grupo, porque es el sentido que precisamente he querido darle. Las letras españolas han proporcionado personajes e historias maravillosas y altamente divertidas con ese elemento narrativo, o género si se me permite el término.

10) Confiese, si se puede, una preferencia: cine o literatura.

Literatura, por supuesto. Las historias son multidimensionales. El cine tiene sus limitaciones y en la literatura no existe ninguna. El cine se basa en guiones, y en un guión los personajes sólo hacen o dicen cosas, no piensan, no se puede manifestar un pensamiento directamente en una imagen sin que el personaje haga o diga algo. La literatura, sin embargo, ofrece la posibilidad de narrar todo lo que se nos ocurra en un mismo pasaje.

11) ¿Hasta cuándo cree que tendremos que seguir practicando la crítica social, con el panorama que vemos cada día?

A lo largo de la Historia, siempre ha sido necesaria la crítica social. El inconformismo es, en gran medida, lo que hace avanzar a la sociedad. No hay nada más cómodo para el que toma las decisiones que el sometimiento del resto a esas decisiones. Nos quejamos, por ejemplo, de los políticos. Pero hemos sido nosotros los que hemos consentido que hagan lo que quieran sin que tengan que dar explicaciones más allá de una rueda de prensa que, por otro lado, no siempre acceden a conceder. De alguna forma hemos accedido a que se sitúen por encima del bien y del mal, a que sean intocables. Ahora nos va a costar mucho que cambien, probablemente varias generaciones y muchas novelas como Pensión completa u otros medios de crítica para rebajarlos al nivel en el que deberían estar: servidores públicos al servicio de la ciudadanía. Nuestros empleados, en definitiva.

12) Una doble para terminar, ¿qué planes literarios tiene y qué le diría a los lectores para que se acerquen a esta novela?

Me he sentido muy cómodo escribiendo Pensión completa, por lo que es posible que la siguiente novela vaya en la misma dirección. El lector encontrará una situación rocambolesca y divertida. La novela la escribí para arrancar alguna sonrisa, al mismo tiempo que para aumentar nuestro sentido crítico hacia situaciones que creemos normales pero que no lo son tanto, y sobre las que deberíamos ejercer nuestros derechos de forma contundente. Leer, reír y reflexionar al mismo tiempo, ésa ha sido mi intención al escribirla, y espero que el lector caiga en la trampa.